De unos tacos a la diabetes. No hay tantos pasos. ¿Qué, cómo y por qué?
Hoy te voy a contar sobre un tema súper importante en México y el mundo. El sobrepeso, la obesidad y la diabetes están en boca de todxs…literal. Que si hay que comer mejor, que si no hay que comer de esto y de lo otro. ¿Y entonces qué onda? Pues sí, con todo el dolor de mi corazón te cuento que los taquitos de suadero o una barbacoa con HARRRRTA grasita, a pesar de saber a gloria sí te pueden enfermar, pero no de la panza sino del metabolismo. ¿Qué es el metabolismo? ¿Y cómo funciona o qué?
Pues en este estudio, publicado por mí y obviamente, mis colegas, hicimos algo chistoso. Queríamos ver si comer grasa perjudica luego luego el metabolismo aún en personas jóvenes y sanas. El metabolismo, es básicamente es una serie de reacciones químicas, y por medio de ellas cualquier ser vivo hace o deshace sustancias. Por ejemplo, cuando comemos, la comida pasa por diferentes reacciones químicas, en general, para producir energía para que sigamos vivxs. En este caso a eso nos referimos con el metabolismo.
El chiste es que le hablamos a 14 chavos jóvenes y sanos (mala onda que no incluimos a ninguna mujer en el estudio) para que participaran. Luego vinieron una vez a la clínica y les dimos una bebida, que era básicamente aceite de palma y saborizante sin azúcar. La cantidad de grasa que les dimos, era más o menos la misma que te encuentras en 9 tacos de barbacoa, 14 tacos al pastor, una pizza de pepperoni, o una hamburguesa (obvio acompañada de sus papas a la francesa, porque ¿qué clase de monstruo come hamburguesa sin papas?). Aunque la verdad sí es mucha grasa, tampoco es que sea imposible comerla en la vida diaria, ¿no? Otro día diferente, vinieron los mismos voluntarios y en vez de darles aceite, les dimos pura agüita. Después medimos muchísimas cosas de su metabolismo, su hígado, cómo manejó su cuerpo la grasa y los carbohidratos. ¿Y qué pasó?
Pues que cuando analizamos el metabolismo de estos jovenazos, después de tomarse su aceitito, encontramos varios cambios que normalmente sólo se dan en gente obesa o con prediabetes. Por ejemplo, en gente joven y sana no es normal tener grasa guardada en el hígado, pero después de tomarse el aceite parte de las grasas se guardaron en el hígado. En gente obesa, esto pasa seguido (tal vez hayas oído hablar del hígado graso) y si se prolonga la estancia de esas grasas en lugares en donde no deberían estar, como el hígado y el músculo, es cuando te puede dar diabetes. Además, después de tomar aceite algunos genes, que normalmente están activados en gente obesa, diabética o con hígado graso estaban activados en nuestro grupo de jóvenes.
Y para todo esto, ¿qué es la diabetes? Pues el meollo del asunto con la diabetes tipo 2, empieza con los tejidos que normalmente necesitan mucha energía, y son sensibles a la insulina, como el músculo (que necesita energía para moverse), la grasa (que necesita energía para generar calor y no mueras de frío y que además almacena el exceso de energía en forma de lonjitas) y el hígado (que normalmente se da cuenta de cuánta energía tiene y cuánta energía necesita el cuerpo y se adapta).
Tus células normalmente hacen energía con glucosa (o sea azúcar), pero para eso la glucosa tiene que poder entrar a las células. La llave para que la glucosa entre a las células es una hormona que se llama insulina. En la diabetes, la chapa donde embona la insulina se echa a perder, entonces la glucosa no puede entrar a las células y se queda en la sangre. Esto se llama resistencia a la insulina.
A veces la resistencia a la insulina es leve, en esos casos el cuerpo aumenta la producción de la insulina muy por arriba de lo normal y con eso la glucosa todavía lograr entrar a las células. Todo esto va pasando poco a poco, el segundo paso se llama prediabetes, en este paso todavía logra entrar la glucosa a las células, pero cada vez se le hace más difícil. En el tercer paso ya la chapa deja de servir, la glucosa no puede entrar a la célula y por eso la glucosa en la sangre sube…y mucho. En algún punto incluso el cuerpo deja de producir insulina.
¿Bueno y eso qué tiene que ver con este estudio? Lo interesante, es que en este grupo de chavos encontramos que las grasas que estaban dentro del aceite cambian la chapa de esa llave, y la glucosa no logra entrar normalmente a los tejidos, por lo menos al músculo, al tejido adiposo (la lonjita), y al hígado. Esto es parecido a lo que pasa en pacientes con prediabetes, pero acuérdate que los chavos de este estudio son sanos, delgados y jóvenes. Lo interesante es que esto pasa de manera muy rápida, a horas después de haber tomado el aceite. Lo bueno es que estos efectos no son permanentes.
¿Y eso qué significa? ¿Comer mucha grasa una vez te da diabetes? ¡No! A ciencia cierta, no sabemos del todo qué onda. Lo que creemos, es que la gente joven, sana y delgada tiene maneras de compensar esa “prediabetes” temporal, para que no les haga daño a la larga. Pero eso no significa que está bien irse a comer todos los taquitos que quieras. Creemos que después de estar expuesto constantemente a estos estímulos, de manera sostenida y repetida (comer barbacoa cada fin, y entre semana entrarle a los tacos, la pizza y las hamburguesas), llega un momento en el que ya el cuerpo no puede compensar y se da la diabetes. Es un poco como una liga, si una vez la estiras mucho lo más probable es que regrese a su estado inicial. Si diario juegas a estirarla, y estirarla, y estirarla, va a llegar un momento en que se va a hacer grande o se rompa. Así es un poco el metabolismo.
¿Y qué puedo hacer para no enfermarme? Pues, aunque esté súper trillado, ejercicio. No lo digo yo, lo dice la ciencia. Básicamente el ejercicio le da un mantenimiento súper profesional a esa chapa de la que hablábamos y a la puerta misma por donde entra la glucosa. El ejercicio cambia nuestros genes, las proteínas que producimos y nuestro metabolismo completo (pero eso te lo voy a explicar en otra entrada). Lo que sí es que el ejercicio hace que la glucosa pueda entrar, incluso con más facilidad de la normal, a las células…o sea nos hace mucho más sensibles a la insulina. Con menos insulina entra más glucosa a las células y esto tiene efectos muy buenos para nuestra salud.
Y aunque estos hallazgos están muy interesantes, no sabemos qué pasa con otros tipos de grasas. Tampoco sabemos qué pasa con gente de diferentes géneros ni edades, pero ya se están haciendo experimentos para averiguar. Así que ahora ya sabes por qué hay que tener cuidado cuando comemos grasa, pero más importante sabes por qué. ¿Ya sabías que así funciona el metabolismo? ¡Si te gustó no se te olvide compartir con tus amigxs amantes de los tacos!
Fuente principal: Álvarez Hernández et al, JCI, 2017